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Estudiantes dela Preparatoria Oficial Número 295 "Lucio
Cabañas", juegan en improvisada cancha en un camellón donde improvisaron
un refugio donde ahora toman clases, a raíz del sismo del pasado
diecinueve de diciembre. su plantel resintió severos daños y exigen a las
autoridades la donación de un terreno y la construcción de un
edificio.
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Por JUAN CARLOS ROJAS IBARRA
Ciudad
Nezahualcóyotl, Méx. (11 de octubre de 2017).- Un grupo no identificado de
sujetos, intentó desalojar ayer por la tarde a los estudiantes y maestros de la
preparatoria oficial número 295 “Lucio Cabañas”, del campamento-refugio que
ocupan como consecuencia del sismo del pasado 19 de septiembre.
Según
los directivos del plantel y padres de familia, ayer al filo de las seis de la
tarde, dieciséis sujetos que viajaban a bordo de cuatro vehículos y que
portaban armas de fuego, se presentó al campamento-refugio que ocupan desde
hace más de una semana y los amenazaron con matarlos si no desalojaban el lugar.
La
escuela ocupa actualmente un predio de propiedad municipal sobre el camellón
del periférico oriente, a la altura de Plazas de Aragón, en este municipio de
Ciudad Nezahualcóyotl., debido a que su edificio, de propiedad privada y por el
cual los padres de familia pagan mensualmente el arrendamiento, resintió
severos daños a partir del movimiento
telúrico.
El profesor
Juan Pablo Sánchez, refirió que han estado solicitando desde hace seis años que
la autoridad municipal les done ese predio para poder edificar el plantel de
estudios de nivel medio superior que alberga a cuatrocientos estudiantes y que
cuenta con reconocimiento oficial estatal así como el apoyo de los vecinos que
demandan el servicio.
Explicó el
docente que su lucha es por la educación pública, en un contexto en que el
gobierno quiere imponer una reforma educativa que privilegia beneficios para
los planteles privados y coloca a los padres de familia como clientela
susceptible de ser víctima de intereses comerciales ajenos a la educación.
Los agresores
fueron rechazados por los padres de familia y maestros que protegen a los
estudiantes de bachillerato, pero sin mayores explicaciones amenazaron con
volver y matar a quien se les pusiera enfrente. Por la noche, los vecinos
reforzaron las “guardias” de vigilancia
en torno al campamento.
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